domingo, 15 de enero de 2012

¿PREDESTINACIÓN O DECISIÓN PERSONAL? ¿SALVACIÓN ETERNA O SALVACIÓN QUE PUEDE PERDERSE?

Hay iglesias que enseñan que la Salvación se pierde y otras iglesias enseñan que la Salvación NO se pierde. En estas posiciones mucho tiene que ver la opinión que se tenga acerca de lo que origina la Salvación; es decir, la Predestinación o el Libre Albedrío. Lo cierto es que las posiciones extremas nunca tienen la razón. Abandonar un extremo para ir al otro no es una buena decisión.

DIOS QUIERE QUE TODAS LAS PERSONAS SEAN SALVAS: 1° Timoteo 2.3-4: “… Dios nuestro Salvador, el cual QUIERE que TODOS los hombres SEAN SALVOS y vengan al conocimiento de la Verdad”. No obstante el DESEO del Señor de que todos sean salvos, MUCHOS serán CONDENADOS.

Dios NO quiere que la gente se pierda o vaya a la Condenación eterna, o sea, al Infierno; Dios QUIERE que TODOS sean salvos. PERO, muy a Su pesar, la gran mayoría irá al Infierno, por no tener a Jesucristo como su único Salvador y Señor.
LA SOBERANÍA DE DIOS EN LA SALVACIÓN la encontramos en dos maravillosos textos: “La Salvación es de Jehová”. (Jonás 2.9). Y: “La Salvación pertenece a nuestro Dios” (Apocalipsis 7.10).
El destino final de todos aquellos que no se hallen inscritos en el Libro de la Vida del Cordero es el Lago de Fuego, ya que el mismo Infierno será arrojado en él, junto con el diablo. (Apocalipsis 20.10-15).

La Salvación es como una puerta que dice del lado de afuera: “TODO AQUEL que cree”. (Juan 3.15-16; Juan 6.40; Juan 11.26; Juan 12.46; Hechos 13.39; Romanos 1.16; Romanos 10.4). Cuando traspasamos tal puerta, leemos del lado interno: “ELEGIDOS según la presciencia de Dios Padre”. (1° Pedro 1.2).
Sabemos que Dios no miente (Tito 1.2) y también, que la Escritura no puede ser quebrantada. (Juan 10.35).

Si miramos más allá de un solo texto aislado tendremos que reconocer estas dos realidades:
1. La Salvación es para TODO AQUEL QUE CREE. (Juan 3.16).
2. Somos ELEGIDOS en santificación del Espíritu Santo, para OBEDECER y ser ROCIADOS con la Sangre de Jesucristo. (1° Pedro 1.2).
AMBAS (las dos) son Verdades que NO pueden ser quebrantadas, porque son Palabra de Dios.
La Escritura claramente dice que: “… de tal manera AMÓ Dios AL MUNDO”. (Juan 3.16).
Y: “Dios… QUIERE que TODOS… sean salvos”. (1° Timoteo 2.3-4).

Si Dios amó a todo el mundo y quiere que todo el mundo sea salvo y ofrece Su Salvación a todo aquel que cree, debe causarle gran pena y, a la vez, indignación, al ver que hay quienes REHÚSAN creer el Mensaje de Amor y Perdón que Jesucristo les ha transmitido a través de Sus siervos: “El que REHÚSA creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. (Juan 3.36).

El ser humano puede CREER o puede REHUSAR creer. (Juan 3.16 y Juan 3.36).
Presciencia es el CONOCIMIENTO ANTICIPADO de las cosas futuras. (1° Pedro 1.2). En Su Presciencia, Dios PREDESTINA a los seres humanos, para Salvación. ¿Cómo nos elige o nos PREDESTINA Dios? Por su CONOCIMIENTO ANTICIPADO o Presciencia: “Elegidos SEGÚN la Presciencia de Dios Padre… para OBEDECER y ser rociados con la Sangre de Jesucristo”. El Señor sabe anticipadamente cómo reaccionará cada ser humano ante el ofrecimiento de Su Amor, Perdón y Salvación; de acuerdo a Su Conocimiento Anticipado. (1° Pedro 1.2). Dios Padre PREDESTINA a quienes serán salvos. Nosotros NO tenemos tal conocimiento anticipado; por lo tanto, debemos PREDICAR A TODOS el Mensaje de Salvación como testimonio al mundo y como REAL OPORTUNIDAD de Salvación A TODO AQUEL QUE CREE. (Juan 3.15).

En este tema que tratamos, a veces se mezclan dos ideas: 1) La referida a la PERMANENCIA en la Salvación 2) La referida a la ELECCIÓN en la Salvación. Pero ambas ideas no tienen por qué mezclarse.

1. PERMANENCIA: Algunos afirman que la Salvación no puede perderse de ningún modo; otros afirman que la Salvación puede perderse en circunstancias especiales, como ser, la falta de Perseverancia en la Fe, la Apostasía o la Negación de la Fe.

2. ELECCIÓN: Algunos afirman que la Salvación es puramente un asunto de la Predestinación divina (destinados a ser salvos); otros afirman que la Salvación es puramente una Decisión humana (libre albedrío).

Así que, algunos que afirman que la Salvación no puede perderse hacen hincapié en que la Salvación es puramente un asunto de la Predestinación divina; en tanto que los que afirman que la Salvación puede perderse hacen hincapié en que la Salvación es puramente una Decisión humana.
Pero nada está más LEJOS de la Verdad; la PERMANENCIA ETERNA en la Salvación de ninguna manera tiene su origen en la Predestinación divina; como tampoco la idea de algunos referida a la PÉRDIDA de la Salvación puede tener su origen en la Decisión humana.

No podemos ignorar una parte de las Escrituras para apoyar a la otra parte. La Escritura –que es inspirada por Dios, (tanto el AT como el NT) no puede contradecirse. Si dice que hemos sido elegidos por el anticipado conocimiento de Dios, así es. Y punto. Si Dios dice que somos salvos por la Fe, así es; no se discute. El origen de la Fe viene por escuchar la Palabra de Dios: “Así que, la fe es por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios. (Romanos 10.17). Dios pone el interés en una persona para que oiga la Palabra de Dios, y luego le viene la Fe. Si un inconverso quiere ser salvo, pues que escuche la Palabra de Dios y, como consecuencia, tendrá la Fe salvadora.

La Fe se obtiene por oír la Palabra de Dios; por la Fe se accede a la Gracia de Dios. Por la Gracia de Dios nos viene la Fe al escuchar Su Palabra, y por la Fe disfrutamos de la Gracia de Dios. Por la Misericordia de Dios no recibimos lo que merecemos; por la Gracia de Dios recibimos lo que no merecemos.

La misma Biblia dice (y no puede contradecirse) que NO hay quién busque a Dios (Salmo 14.2-3; Romanos 3.11) y, al mismo tiempo, que DEBEMOS BUSCAR a Dios ((Salmo 69.32; Isaías 55.6) y, también que es Jesucristo quien ha venido a BUSCARNOS. (Lucas 19.10). La Biblia dice que EL QUE QUIERA, tome del Agua de la Vida gratuitamente (Apocalipsis 22.17) y el que REHÚSA creer, no verá la Vida. (Juan 3.36). Al mismo tiempo, dice: “…creyeron todos los que estaban ORDENADOS PARA Vida Eterna. (Hechos 13.4.

Es cierto que estábamos MUERTOS en nuestros delitos y pecados. Pero en este mismo pasaje dice: “Porque por gracia sois salvos POR MEDIO DE LA FE; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. (Efesios 2.8-9). ¡Un muerto que puede, no obstante, ejercer Fe! ¿Cómo puede ser esto posible? Porque describe que estábamos muertos EN DELITOS Y PECADOS; es decir, la pena de muerte estaba ya dictaminada sobre nosotros; muertos en vida.
¡Qué bueno es saber que hemos sido PERSUADIDOS, convencidos por el Padre para venir a Cristo! ¡Todo el mérito corresponde a Él! Y no cualquiera puede venir a Cristo; sino aquel que es ATRAÍDO a Cristo por el PADRE. ¡Maravilloso! Yo quisiera conocer al Presidente de mi Nación; pero sólo lo veré, lo saludaré, si se me da el Permiso Oficial para ello.

¡Qué pobre es la ilustración o comparación del Amor de Dios con una gaseosa! Claro es que se vende en todo el mundo, pero no cualquiera tiene ACCESO monetario a ella. Pero Dios, que amó A TODO EL MUNDO, dio a Su Hijo Unigénito, para que TODO AQUEL que cree en Él, (CON PLENO ACCESO) no se pierda, sino que tenga Vida Eterna. (Juan 3.16). Porque DIOS QUIERE que TODOS los hombres SEAN SALVOS y vengan al conocimiento de la Verdad. (1° Timoteo 2.3-4).
Alguna vez comprenderemos en toda su dimensión el Plan y el Propósito de Dios para nuestra Salvación; por ahora, del lado de afuera de la puerta leemos TODO AQUEL QUE CREE (Juan 3.16) y cuando entramos leemos del lado de adentro HABIENDO SIDO PREDESTINADOS. (Efesios 1.11).
¿Qué más tendría que haber expresado Jesucristo, cuando dijo que Dios DE TAL MANERA AMÓ AL MUNDO, para que entendiéramos que amó A TODO EL MUNDO, no a algunas determinadas personas en todo el mundo?

¿Por qué lloró Jesucristo al contemplar Jerusalén, si Él ya había determinado los que habían de ser salvos? Porque Él, aunque conocía a todos (Juan 2.24) aun así se entristecía al saber el destino de la mayoría de sus habitantes “… por cuanto NO conociste el Tiempo de tu Visitación”. (Lucas 19.44). Por eso Jesús hablaba por parábolas, en código, para que los que realmente tenían interés y DESEABAN la Salvación le preguntaran aparte qué significado tenían estas palabras. (Marcos 4.10).
Todavía conservo en casa una historieta de humor, en la cual dos personas -una enfrente de la otra- discuten acerca del número que están viendo. Una veía un 6 y la otra veía un 9; pero era el mismo trazo.

Alguna vez Arminio y Wesley y nosotros todos entenderemos todas las cosas, porque las veremos desde la real dimensión de Dios. Mientras tanto, basémonos en TODA la Palabra de Dios y no nos empecinemos en un texto aislado.

No defiendo la doctrina arminiana sostenida por Jacobo Arminio, ya que él afirmaba entre otras cosas que, si pierdes la Fe, pierdes la Salvación. “Dios nos ha dado Vida ETERNA y esta Vida está en Su Hijo”. (1° Juan 5.11).

Dios ama a todos los seres humanos del mundo, a todos sin excepción y sin discriminación. Lo que Dios aborrece es el pecado en el hombre. La base bíblica es Juan 3.16; no hay pruebas bíblicas que afirmen que Dios únicamente ama a sus escogidos, como si hubiese elegido lo mejorcito del mundo para que disfrute de la Vida Eterna y de los goces del Cielo.
Precisamente, porque Dios conoce nuestro futuro, Su presciencia sabía que Esaú despreciaría su primogenitura. Y, a pesar de los errores que tenía Jacob, él buscaba a Dios y tenía hambre de saber. Quien no tiene hambre de saber, está envanecido; nada sabe y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras… (1° Timoteo 6.4).

Dios no ama a quien quiere; DIOS ES AMOR (1° Juan 4.16) y ama a TODO el mundo en TODAS partes a TODAS las personas, sin discriminar a nadie; lo que aborrece es el pecado, la soberbia, el considerarse sabio en su propia opinión.

“El que cree en el Hijo tiene Vida Eterna; pero el que REHÚSA CREER en el Hijo no verá la Vida, sino que LA IRA DE DIOS ESTÁ SOBRE ÉL”. Un padre ama mucho a su propio hijo; pero si su hijo, varias veces advertido desobedece, la ira de su padre contra su hijo desobediente es totalmente compatible con el amor que le profesa.

Y sino, recordemos los que somos de la antigua escuela, cómo nuestra madre o nuestro padre nos castigaba con un cinto, cuando después de varias observaciones pacientes desobedecíamos.
Amo el libro escrito por el pastor Juan Bunyan, porque lo que dice allí es lo que predico. Enseño que Dios es Amor, Justicia y Santidad. Y que el tierno Salvador mañana será el Juez. ¡Claro que hay una Ira Venidera! ¡Por eso es que hay un Infierno y un Lago de Fuego, en donde el pecador no arrepentido irá al Castigo Eterno! Precisamente por esto, porque Dios NO QUIERE la muerte del impío, por esta razón es que envió a Su Único Hijo al mundo, para morir en la Cruz del Calvario y ofrecer la Salvación A TODO AQUEL QUE CREE.

“¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?” (Ezequiel 18.23). “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que NO QUIERO LA MUERTE DEL IMPÍO, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. (Ezequiel 33.11).
Y si no, ¿para qué predicar el Evangelio, si sólo se salvarán los mejorcitos, los elegidos? ¡Aunque no prediquemos, de todos modos se salvarán!

Precisamente, porque NO es así, Jesucristo nos dio la Suprema Comisión: “Id por TODO EL MUNDO y predicad el Evangelio {SOLAMENTE A LOS ESCOGIDOS; A LOS DEMÁS LOS ABORREZCO; ASÍ QUE, NO PERDÁIS EL TIEMPO CON ELLOS”} ¿Dice así la Palabra de Dios? ¡NO!

Dice “Yendo por el mundo entero prediquen el Evangelio A TODOS. EL QUE CREYERE… será salvo, pero EL QUE NO CREYERE, será condenado”. (Marcos 16.15-16). No tengo doble lenguaje y hace mucho tiempo que he terminado de entender que LO QUE IMPORTA ES LO QUE DICE LA PALABRA DE DIOS, Y NO LAS CORRIENTES DE PENSAMIENTO HUMANOS.

¿Podemos imaginarnos a una persona trabajada, cansada, cargada, agotada, que escucha la tierna invitación del Señor: “Venid a Mí TODOS LOS QUE ESTÁIS TRABAJADOS Y CARGADOS y Yo os haré descansar”? (Mateo 11.28). ¿Y cuando llega a Jesús, el Señor le dice: “-A ver… Uhm… no, lo siento; no estás en el listado de los elegidos”? ¡Entonces, Jesucristo habría efectuado una Invitación mentirosa!

Yo continuaré predicando que JESÚS a través de Su Espíritu ESTÁ LLAMANDO A LA PUERTA. “Si alguno oye Mi Voz Y ABRE LA PUERTA (voluntariamente) ENTRARÉ”. (Apocalipsis 3.20). Y si no la abre, NO ENTRARÁ.

En el Cielo descubriré el lado interno de la Puerta que dice “ELEGIDO, PREDESTINADO…” pero en esta vida predicaré el viejo Mensaje de la Cruz, que invita: “Venid a Mí TODOS los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar”. (Mateo 11.28).

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo Unigénito, para que TODO AQUEL que en Él cree, no se pierda, sino tenga Vida Eterna”. (Juan 3.16).
Todo lo demás son parafernalias arminianas, wesleyanas, y cualquieras ‘anas’ que aparezcan por allí. Y reconozcamos que la inmensa mayoría que no compra una gaseosa NO ES porque no le gusta; sino PORQUE NO LA PUEDE PAGAR. En tanto que la Salvación ES COMPLETAMENTE GRATIS, no porque tenga poco valor o valor nulo, sino porque EL ALTO PRECIO de nuestra Salvación ha sido pagado por el Señor Jesucristo, DERRAMANDO SU SANGRE EN PRECIO de nuestra Redención. (1° Pedro 1.18-19).

Al respecto, cito a C.H.M. (Carlos Enrique Mackintosh): “Nada es más nocivo para la verdad de Dios, más desecante para el alma ni más subversivo para el crecimiento y el progreso espiritual que la mera teología, ya alta o calvinista, ya baja o arminiana. Es imposible que el alma progrese más allá de los límites del sistema con el que está relacionada. Si se me enseña a considerar «los cinco puntos» como «la fe de los escogidos de Dios», no me interesará mirar más allá de ellos; y entonces un glorioso conjunto de verdades celestiales quedará vedado a mi vista. Resultaré atrofiado y estrecho de miras, con una visión meramente parcial de la verdad. Correré peligro de caer en ese estado del alma, frío y endurecido, que resulta de estar ocupado con meros puntos de doctrina, en vez de estarlo con Cristo”.
“Un discípulo de la ALTA escuela de teología –o CALVINISTA- NO quiere oír acerca de un Evangelio PARA EL MUNDO ENTERO; del Amor de Dios hacia el mundo; de las Buenas Nuevas PARA TODA CRIATURA debajo del cielo. Él SÓLO ha conseguido un Evangelio PARA LOS ESCOGIDOS. Por otra parte, un discípulo de la BAJA escuela —o ARMINIANA— NO quiere oír acerca de la ETERNA SEGURIDAD de los que creen. Su Salvación —alegan— depende en parte de Cristo y en parte de ellos mismos. Conforme a este sistema, el cántico de los redimidos debería sufrir una modificación: en lugar de cantar, simplemente: «Digno es el Cordero», deberíamos agregar: «Y dignos somos también nosotros.»

“Podemos ser salvos HOY, y PERDERNOS mañana. Todo esto DESHONRA a Dios, y PRIVA al cristiano de toda paz verdadera”. (*)

“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, NO queriendo que NINGUNO perezca, sino que TODOS procedan al Arrepentimiento”. (2° Pedro 3.9). Más claro, echarle agua…

No me baso en corrientes de pensamiento teológico; utilizo Las Sagradas Escrituras, y los textos que recalco están suficientemente claros. La Teología, que es el ESTUDIO de Dios (Theos significa Dios y Logía significa Estudio {o Ciencia}; y NO significa ‘palabra’ o ‘discurso’) es correcta en tanto y cuando se base en Las Sagradas Escrituras y no en meras filosofías humanas acerca de Dios. La Teología, por lo tanto, si está basada en La Palabra de Dios y no en la Filosofía, ES BUENA; jamás diría que es algo malo.

Como antes dije, NO defiendo la doctrina arminiana sostenida por Jacobo Arminio, ya que él afirmaba, entre otras cosas que, si pierdes la Fe, pierdes la Salvación. “Dios nos ha dado Vida ETERNA y esta Vida está en Su Hijo”. (1° Juan 5.11). Pero tampoco me baso en la doctrina calvinista, que no quiere oír del Amor de Dios para TODOS los seres humanos.

No me convence tampoco la doctrina wesleyana, que trata de conciliar las enseñanzas de Arminio y Calvino mezclando ambas doctrinas, infructuosamente.

Dice La Palabra de Dios: “Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho PERFECTO {teleioö} PARA SIEMPRE”. (Hebreos 7.2. “Porque con una sola ofrenda hizo PERFECTOS {teleioö} PARA SIEMPRE a los santificados. (Hebreos 10.14).

LA MISMA PERFECCIÓN atribuida a Cristo se nos atribuye a nosotros; si fallara la perfección de Jesucristo, entonces podría fallar la nuestra. Pero Dios Padre nos ve PERFECTOS PARA SIEMPRE a los que hemos sido santificados. Aquí no se trata de lo que opine Wesley, con el cual no estoy de acuerdo en varias cosas, sino en lo que dice La Palabra de Dios. “Yo les doy Vida Eterna y NO PERECERÁN JAMÁS y nadie las arrebatará de mi mano”. (Juan 10.2).
Si leemos el texto completo que forma parte del pasaje que habla de aquel que es esclavo del pecado, vemos que hay una parte que atañe al ser humano, en lo que a responsabilidad moral le concierne: SI VOSOTROS permaneciereis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la Verdad, y la Verdad os hará libres. (Juan 8.32). Jesús le pregunta al paralítico (tan impedido como lo podía estar un esclavo): “¿QUIERES ser sano?” (Juan 5.6).

La Salvación pertenece a Dios (Jonás 2.9; Apocalipsis 7.10). Pero el ser humano es responsable de tomar una decisión al respecto: “EL QUE CREE en el Hijo tiene vida eterna; pero EL QUE REHÚSA CREER en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. (Juan 3.36).
Leí una vez esta frase: “EL HOMBRE… ES PLENAMENTE INCAPAZ DE VENIR A LA CONVERSIÓN… PARA QUE ESO SUCEDA, DIOS TIENE PRIMERO QUE MUDAR SU CORAZÓN…”.

¿En qué parte de La Biblia dice que primero hay que recibir un nuevo corazón como condición para la conversión? ¡Es al revés! Primero la persona se convierte a Cristo Y ENTONCES recibe un nuevo corazón. “… endurecieron sus rostros más que la piedra, NO QUISIERON convertirse. (Jeremías 5.3). “… SI TE CONVIRTIERES, yo te restauraré”. (Jeremías 15.1). “CONVERTÍOS… y sanaré vuestras rebeliones. He aquí, NOSOTROS VENIMOS a Ti”. (Jeremías 3.22). “… CONVERTÍOS, pues, y viviréis”. (Ezequiel 18.32). “Por eso pues, ahora, dice Jehová, CONVERTÍOS a Mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y CONVERTÍOS a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que SE DUELE {es decir, muy a su pesar} del castigo. (Joel 2.12-13). “… CONVERTÍOS, PARA QUE sean borrados vuestros pecados”. (Hechos 3.19). “Y ME BUSCARÉIS y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. (Jeremías 29.13). “Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido”. (Mateo 18.11). No dice que vino a salvar A ALGUNOS que se habían perdido. “Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”. (1° Timoteo 1.15). No dice que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a ALGUNOS pecadores.

Algunos refieren el pasaje de 2° Pedro 3.9 donde dice que DIOS NO QUIERE QUE NINGUNO PEREZCA SINO QUE TODOS PROCEDAN AL ARREPENTIMIENTO como relacionado con LA 2° VENIDA DEL SEÑOR, HASTA EL PUNTO EN QUE DICE QUE EL SEÑOR RETIENE DICHO EVENTO. Si se refiriera a toda la humanidad – AFIRMAN- no vendría nunca porque ya sabemos que no toda la humanidad se arrepentirá; y, por otro lado, porque no está hablando del mundo entero.

¡Al contrario! El Señor NO RETIENE dicho Evento o Suceso; en el mismo texto citado de 2° Pedro 3.9 dice: “El Señor NO RETARDA Su Promesa, SEGÚN ALGUNOS la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que TODOS procedan al Arrepentimiento”.

El Señor YA TIENE UNA FECHA FIJADA para Su Retorno; pero DENTRO de esa fecha ha provisto una extensión de más de 2.000 años de PACIENCIA, para ganar a mayor número.
“¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el Evangelio, presente gratuitamente el Evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el Evangelio. Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos PARA GANAR A MAYOR NÚMERO”. (1° Corintios 9.18-19). ¿Cómo? ¡Te equivocaste, Pablo! ¿Cómo, “para ganar a mayor número”? Tendrías que haber dicho, ‘para ganar al determinado número ya designado y elegido’. Dios ES PACIENTE para con nosotros los seres humanos pecadores. ¿Para quién más va a ser paciente?

Laodicea era una ‘iglesia’ APÓSTATA, que tenía una forma RELIGIOSA, pero donde JESUCRISTO NO ESTABA PRESENTE. Por lo tanto, era un grupo de personas en su mayoría inconversas, que cantaban quizá, “Jesucristo es el Señor” pero no lo tenían en la congregación ni en sus vidas. Por eso es que el Señor llama A LA PUERTA; no ruega que, por favor, lo dejen entrar; ¡RECLAMA SU LUGAR! ¡Es el Señor quien llama a la puerta, exigiendo (pero no obligando) a abrirle…!
OLVIDÉMONOS de una buena vez de las corrientes teológicas; examinemos TODA la Biblia y no nos empecinemos tozudamente en una corriente u otra. La Salvación PERTENECE a Dios; la Vida Eterna y el Cielo no se obtienen por nuestros propios méritos, sino por la Misericordia y la Gracia divinas. Dios provee la Fe y el Arrepentimiento verdaderos; pero aunque el automóvil esté lleno de equipamientos automáticos en donde ya no hay que ejercer esfuerzo alguno, es todavía el hombre quien debe poner el pie en el freno para detener el auto.

Consideremos también este hermoso texto bíblico en 1° Juan 2.2: “Y Él {Jesús} es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, SINO TAMBIÉN POR LOS DE TODO EL MUNDO”. Dios ha provisto la Redención PARA TODO EL MUNDO; todos pueden acudir al Salvador.

Ir a los extremos siempre será una opción equivocada. Debemos mantener un equilibrio entre la RESPONSABILIDAD del ser humano y la SOBERANÍA de Dios; cualquier extremismo en las consideraciones traerá como resultado, una CONTRADICCIÓN con Las Escrituras. No podemos ignorar unos textos para favorecer a otros tantos textos bíblicos; la Santa Biblia NO se contradice, es una ARMONIOSA unidad. RENUNCIEMOS a nuestras ‘posiciones teológicas’ y ajustemos nuestra vida y pensamientos a TODA la Palabra de Dios.

¿En qué radica la SEGURIDAD de nuestra Salvación? Pues, 1) que la Obra de Jesucristo en la Cruz del Calvario HA SIDO CONSUMADA; nada hay para agregarle o quitarle. 2) Dios nos ha dado Vida ETERNA; siendo eterna no se interrumpe nunca. 3) Con una sola Ofrenda, el Señor nos hizo PERFECTOS PARA SIEMPRE. 4) Somos participantes DE LA NATURALEZA DIVINA. (Juan 19.30; 1° Juan 5.11; Hebreos 10.14; 2° Pedro 1.4).

¿Tenemos siquiera una idea de lo que significan estas cuatro afirmaciones? ¿Sabe usted lo que significa ‘consumado’? Viene de ‘consumido’; entonces, no se puede volver para atrás. Rompa un huevo, mezcle la yema con la clara y luego trate de separarlas. ¿Podrá? 1° Corintios 6.17: “… el que se une al Señor, un espíritu es con Él”. ¡Trate de separarlo! La Vida que Dios me ha dado es ETERNA; trate usted de interrumpirla… Dios nos hizo, por la Ofrenda de Su Hijo, PERFECTOS PARA SIEMPRE. ¿Cuánto dura esta perfección? ¿Qué es lo que durará para siempre? Ya no tenemos la naturaleza del cerdo, sino de la oveja, que se deleita en la santidad y que, si se ensucian sus patas, sale presurosa del barro. ¿Cree usted que alguien, algún poder puede quitarnos la Naturaleza divina de la cual hemos sido hechos partícipes?

Mi seguridad no depende de la Predestinación; depende de la Obra Perfecta y Consumada en la Cruz del Calvario realizada por el Señor Jesucristo, mi Salvador y Señor, el cual derramó Su Sangre preciosa para limpiarme de TODO pecado (1° Juan 1.7). La Predestinación divina es la Soberanía de Dios en mi Salvación, que me hace humilde y agradecido, reconociendo –por si todavía quedara alguna duda- que no soy merecedor de Su Gracia ni de Su Misericordia. Que no hay mérito alguno en mí; ninguna chispa de esperanza que hubiera que avivar para llegar a ser salvo.
En nuestra congregación enseñamos -y es también mi convicción de acuerdo a La Palabra de Dios- que la Vida que el Señor nos da es Eterna; es decir, nunca la perderemos. Al mismo tiempo, “sin santidad nadie verá al Señor”.

¿Cómo congenian o concuerdan ambas verdades? Pues, es muy sencillo: si un ‘creyente’ NO vive en santidad irá directamente a la Condenación Eterna. ¿Por qué? ¿Porque ‘perdió’ su Salvación Eterna? (si es eterna, no puede perderse). No, sino, porque NUNCA LA TUVO REALMENTE.
Porque si de verdad se hubiera convertido a Cristo y hubiera Nacido de Nuevo, su fruto sería vivir en Santidad. Con esta explicación, en la práctica, concordamos con aquellos que creen que el que NO vive en santidad, se perderá.

Quienes esto creen lo afirman, porque tienen temor de que muchos ya no vivan en santidad, si descansan en el hecho de que la Salvación no se pierde. Lo cual es una contradicción.
Si afirmamos haber sido salvados del fango del pecado, el hecho de permanecer allí demuestra que no lo hemos sido. ¡Muy claro!

Dios podría haber creado seres angelicales y humanos como robots, que constantemente le dijeran: “Te amo, Dios”. Pero, ¿qué gozo traería al corazón de Dios tal manifestación mecánica de amor? El Señor creó seres angelicales y humanos, que tuvieran la posibilidad de obedecerle o por el contrario, desobedecerle.

Una parte de los ángeles eligió desobedecer a Dios. Toda la humanidad decidió darle las espaldas al Señor. Así es con la Salvación; una parte de los seres humanos decidimos obedecer DE CORAZÓN al Señor (no como robots, en forma mecánica). “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia”. (Romanos 6.17-18).
Si creyésemos que no tuvimos libertad para aceptar o rechazar el Evangelio debiéramos creer que tampoco tuvimos libertad para obedecer o desobedecer a Dios cuando la humanidad le dio las espaldas. O peor aún, la desobediencia de los ángeles fue una decisión del Creador. ¡Dios estaría de acuerdo con el pecado de los ángeles y con el pecado de la humanidad! Todo habría sido un OSCURO plan del Padre de las LUCES… ¿Se imagina usted tal monstruosidad? “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”. (Santiago 1.17).

No; “Pues tanto amó Dios al mundo que dio a Su Único Hijo, para que CUALQUIERA QUE CREE tenga Vida Eterna en Él”. (Juan 3.16 – Trad. alternativa).
Marcos Andrés Nehoda / Pastor.

sábado, 7 de enero de 2012

La Oración.

Juan 14:13-14
13. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo hare, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
14. Si algo pidiereis en mi nombre yo lo haré.

Constantemente nosotros siempre estamos buscando hacer una oración de acuerdo a nuestras necesidades y muchas veces tenemos peticiones y no sabemos con exactitude como pedirle al Señor y como deseamos infinitamente que la respuesta sea favorable, pero aún y con todo eso, siempre dejamos todo a la voluntad del Señor, conocedores que el sabe de que tenemos necesidad.

Otras veces oramos y quisieramos una respuesta inmediata del Señor a nuestras necesidades, sean esta espirituales, materiales, económicas, emocionales o de cualquier otra indole.
Muchas veces nuestras oraciones son tan cortas que dejamos muchas cosas sin mencionar o hacer y quizas hasta nos parece que después de 4 o 5 minutos de oración ya es suficiente, y si necesitamos corregir nuestra forma de orar que major haciendolo ahora que comenzamos un año en el cual podemos alcanzar tremendas victorias en Cristo a través de la oración., podemos tomar Fortaleza en medio de nuestras flaquezas, que podamos ser revestidos a través de la oración.

Son tantas las cosas que encontramos en la Biblia acerca de la oración y entre todas Dios quiere enseñarnos esta noche algunas cosas con respecto a la oración.

1.- Las clases de oración:
            1.1.      La oración constante
            1.2.      La oración intercesora
            1.3.      La oración privada
            1.4.      La oración pública
            1.5.      La oración social y familiar

Toda oración debe de ser hecha a través de Jesucristo, tal y como lo menciona nuestro texto de partida en esta noche y no en nombre de otra persona.

Nuestra oración debe de ir acompañada de:

Alabanza                     Salmos 66:17
Arrepentimiento          1 Reyes 8:33 Jeremías 36:7
Ayuno                         Nehemías 1:4 Daniel 9:3 Hechos 13:3
Confesión                    Nehemías 1:4-7 Daniel 9:4-11
Gratitud                      Filipenses 4:6 Colosenses 4:2
Humildad                    Isaías 57:15
Lloro                           Jeremías 31:9 Oseas 12:4
Vigilancia                    Lucas 21:36 1 Pedro 4:7

No debemos olvidar hermanos que nostros los hijos de Dios hemos sido justificados mediante la sangre de Jesucristo que fue derramada en la cruz del Calvario, tal y como lo dice Romanos 5:1 y por ende venimos a ser hombres justos y mujeres justas delante de Dios y que dice la Biblia a esto con respecto a la oración:

La oración del justo es poderosa                     Santiago 5:16
La oración de los rectos complace a Dios       Proverbios 15:8


2.-        Como debe de ofrecerse la oración a Dios:
            2.1.      Con calma                               Salmos 42:4
            2.2.      Con confianza                         Hebreos 4:16
            2.3.      Con confianza en Dios            Salmos 56:9, 86:7  1 Juan 5:14
            2.4.      Con corazón ferviente             1 Tesalonicenses 3:10  Santiago 5:17
                        Preparado y verdadero            Job 11;13  Hebreos 10:22
            2.5.      Con espíritu perdonador         Mateo 6:12
            2.6.      Con entendimiento                 Juan 4:22 1 Corintios 14:15
           
También debemos de orar con fe, sinceridad, persistencia, certidumbre, reflexión previa, santidad, sumisión a Dios, con todo el corazón, verdad, sin cesar y día y noche.

3.-        La Biblia nos enseña que hay muchas formas de posturas para orar:

3.1.      Arrodillado                 2 Crónicas 6:13  Salmos 95:6  Lucas 22:41  Hechos 20:36
            3.2.      Inclinado                     Salmos 95:6
            3.3.      Levantando manos      Salmos 28:2  Lamentaciones 2:19 1 Timoteo 2:8
            3.4.      Parado                         1 Reyes 8:22  Lucas 18:9-14
            3.5.      Postrado sobre rostro  Numeros 16:22  Josue 5:14  1 Crónicas 21:16  Mateo 26:39

Encontramos en la Biblia cuatro respuestas a nuestras oraciones, seguramente nosotros habremos escuchado de tres respuestas, si, no, esperar, pero hay aún una más que tenemos en la palabra de Dios y esta noche las vamos a aprender.

4.-        La respuesta a la oración:
            4.1.      Primeramente la repuesta es por gracia de Dios          Isaías 30:19
            4.2.      A veces después de demora                                        Lucas 18:7
            4.3.      A veces inmediatamente                                             Isaías 65:24 Daniel 9:21,23  10:12
            4.4.      Más allá de expectativas                                             Jeremías 33:3  Efesios 3:20

Aunque hay mucho para continuar sobre este tema de la oración no podemos dejar pasar por algo sumamente importante en relación a la oración:

5.-        No se concede respuesta positiva a quienes:

            5.1.      Pecado en el corazón  Salmos 66:18
            5.2.      Dudan                         Santiago 1:6-7
            5.3.      Derraman sangre         Isaias 1:15  59:3
            5.4.      Motivos erroneos        Santiago 4:3
            5.5.      Viven en pecado         Isaías 59:2  Juan 9:31
                                                           
                                                           
Tomemos la importancia de la oración para nuestra vida, nuestra familia, nuestro hogar, nuestro negocio, nuestro empleo, nuestra iglesia y todo aquello que nos rodea.

Dios nos bendiga a todos.  Amén.

lunes, 2 de enero de 2012

La Soberanía y La Predestinación, Dos Elementos Básicos de los Institutos de Calvino.

de Donald Dolmus, el Lunes, 2 de enero de 2012 a la(s) 0:24

Un fundamento básico del sistema religioso de Calvino era un punto de vista extremista de la soberanía de Dios que negaba la voluntad humana y que consideraba que la Iglesia era el reino de Dios en la tierra – ambos enfoques inspirados por los escritos de Agustín. Verduin escribe de Agustín: “Aquí tenemos una representación temprana de la noción que la Iglesia de Cristo fue destinada por su Fundador a entrar en una situación radicalmente diferente de la descrita en el Nuevo Testamento… Esta idea expuesta por Agustín…condujo a toda clase de absurdos teológicos”.

Agustín enseñó que la presciencia era lo mismo que la predestinación: “Por consiguiente, algunas veces la misma predestinación se expresa también bajo el nombre de presciencia”. Así pues, la presciencia de Dios causa los eventos futuros. De forma interesante, R.C. Sproul escribe que “virtualmente nada en el punto de vista de Calvino acerca de la predestinación…no estuvo primero en Martín Lutero y antes de Lutero en Agustín”. Calvino vio a Dios como el autor de todo evento, incluyendo a todos los pecados:

Si Dios solamente hubiera previsto lo que había de acontecer a los hombres, y no lo ordenase según su gusto, entonces con toda razón se plantearía la cuestión de saber qué necesidad pondría en los hombres la divina presciencia; pero dado que…El ha determinado que así sean…es evidente, que todo se hace por ordenación y disposición divina.

R.C. Sproul declara claramente, “Dios quiere todas las cosas que suceden…Dios creó el pecado” [énfasis añadido]. De este enfoque extremo de la soberanía de Dios provino la comprensión de Calvino acerca de la predestinación. Según él (siguiendo la enseñanza de Agustín), en la eternidad pasada Dios decidió salvar sólo a una fracción de la raza humana y consignó al resto al tormento eterno – sencillamente porque a Él le plació hacerlo:

La Escritura lo demuestra con toda evidencia…que Dios ha designado de una vez para siempre en su eterno e inmutable consejo, a aquellos que quiere que se salven, y también a aquellos que quiere que se condenen.

Así que aquellos ante los cuales Dios pasa al elegir, los reprueba; y esto por la sola razón de que Él los quiere excluir de la herencia que ha predestinado para sus hijos.

Pero si todos los que el Señor predestina a la muerte están naturalmente sujetos a la sentencia de muerte, ¿de qué iniquidad e injusticia, pregunto yo, podrán quejarse…porque antes de ser engendrados han sido predestinados por su providencia eterna a perpetua miseria…qué podrán murmurar contra Dios?

El gran Dios…en cuya mano y voluntad está castigar a los transgresores, aunque El no les haya dado su Espíritu…de lo cual no se puede aducir otra causa que la reprobación, que permanece escondida en el secreto consejo de Dios.

Como quiera, pues, que la ordenación de todas las cosas está en las manos de Dios… ordena con su consejo que algunos desde el seno materno sean destinados a una muerte eterna ciertísima, y que con su perdición glorifiquen su nombre.

Dios, según el decreto de su benevolencia elige como hijos a aquellos a quienes le place; y esto sin mérito alguno de ellos, reprobando y rechazando a los demás…Es razonable que se muestre como justo juez castigando.

Por eso vienen muy a propósito las siguientes sentencias de san Agustín…que otros sean vasos de afrenta, no se debe imputar a iniquidad, pues no la hay en Dios, sino a su juicio.

En sus Institutos, Calvino enfatiza la soberanía pero apenas menciona el amor de Dios por los pecadores. Lutero, también, estaba convencido que Dios, por Su propia elección soberana e independiente de cualquier cosa en el hombre, había desde la eternidad pasada determinado a quién salvaría y a quién condenaría. Calvino (como Agustín y la mayoría de calvinistas de hoy) dijo que Dios podía prever el futuro sólo porque Él lo había deseado. Aquí tenemos la espantosa doctrina de la reprobación de la propia pluma de Calvino, haciéndose eco una vez más de su mentor, Agustín:

Decimos, pues, — como la Escritura lo demuestra con toda evidencia — que Dios ha designado de una vez para siempre en su eterno e inmutable consejo, a aquellos que quiere que se salven, y también a aquellos que quiere que se condenen. Decimos que este consejo, por lo que toca a los elegidos, se funda en la gratuita misericordia divina sin respecto alguno a la dignidad del hombre; al contrario, que la entrada de la vida está cerrada para todos aquellos que Él quiso entregar a la condenación; y que esto se hace por su secreto e incomprensible juicio, el cual, sin embargo, es justo e irreprochable… Al excluir a los réprobos…muestra con estas señales cuál será su fin y qué juicio les está preparado.   Tomado del muro de Donald Dolmus en Facebook. Enero 2 del 2012.